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Foto del escritorRevista Llano Adentro

Entretejiendo el pasado como cuerdas de arpa

Actualizado: 9 nov 2020

“Es el arpa el instrumento que ambienta un pasado olvidado y que con su sonido entreteje las identidades de millones de personas”


Alejandra Palacio Deulofeu

Un marco resonante y una serie de varias cuerdas tensadas invocan a la memoria, producen una melodía antigua pero recurrente en el presente, desempolvan la originalidad de un pasado aún oculto; aún desconocido.


El arpa es uno de los elementos que más se destaca al mencionar el llano: es uno de los instrumentos que, junto con el cuatro, la bandola y las maracas conforman la base rítmica del ritmo llanero. Es de esperarse, por ende, que el arpa sea de los instrumentos más importantes en el folclor llanero colombo-venezolano. Después de su aparición y con el pasar del tiempo se fue utilizando para interpretar con él, los nacientes ritmos que acompañados de baile y canto formaron lo que ahora se conoce como joropo. Debido a su tamaño era muy difícil transportar el instrumento a diferentes lugares, tanto si se trataba de vecindarios cercanos como entre poblados; por lo cual era solo era posible transportarla en una canoa. Debido a esto, el arpa fue bautizada por el folclórogo Álvaro Coronel Mancipe como el “instrumento de río”.


Su fabricación sigue siendo artesanal a pesar de la relevancia entre los jóvenes. Las cuerdas que conforman este instrumento están divididas en primas y bordones, y cada arpista deja su propia huella en la música que producen. Entre la organología tradicional del folclor llanero, el arpa es símbolo de la region Orinoquia. Por esta razón, para explorar la forma en la que este instrumento ha impactado la historia de muchos, llaneros o no, primero hay que reconocer sus orígenes y el papel que tiene su presencia en esta cultura.


El canon del joropo


Desde el siglo XVI el arpa se convirtió en parte importante de la vida musical en el continente americano, tanto en el ámbito religioso como en el doméstico. La práctica del arpa abarca diversos ámbitos y espacios culturales; es inicialmente el soporte rítmico y armónico en el acompañamiento de la danza del joropo y en la música de parranda, que se clasifica en golpes y pasajes, y suena principalmente en los parrandos, festivales y en discografía comercial. Sirve de acompañamiento al canto, al poema y al contrapunteo. Es por esto, por lo que el joropo cuenta con estructuras musicales, poéticas y de baile; como producto histórico de varias mezclas y de la influencia de tradiciones musicales principalmente europeas. El musicólogo Egberto Bermúdez plantea que el arpa ya se había establecido como un instrumento acompañante del baile en todos los contextos del siglo XVIII en América Latina..


En contraste con la función del arpa actual, se puede decir que en los conjuntos melódicos anteriores, este instrumento, al igual que muchos otros que forman parte del conjunto llanero contemporáneo, se limitaba únicamente al uso de música popular. Entre las tempranas referencias a la música regional llanera se encuentra la descripción realizada por Ramón Guerra Azuola de un conjunto de Macuco en 1855, en el cual se menciona la presencia de tiples y carrascas, pero no se menciona una práctica del arpa. Esta es una clara muestra de cómo el arpa en el pasado se convertía en un elemento olvidado por la música llanera, lo cual llevó a que en el siglo XIX fueran desplazadas por los tiples boyacenses, transformándose así momentáneamente en un recuerdo2.


El lenguaje del arpa


El arpa criolla tiene una estructura específica que se divide por secciones. Tiene 32 cuerdas de nylon y una extensión de cuatro octavas y media. Su tesitura es determinada por la afinación, que gira en torno a dos maneras: el arpa en re, con más tensión de cuerdas y un sonido más brillante, y el arpa en do, que cuenta con menos tensión de cuerdas y una forma de toque más suave3. La tesitura de este instrumento de cuerda también se ha dividido en tres regiones: los registros bajos se denominan bordones, los medios se llaman tenoretes y los altos tiples. Para los registros agudos y medios se utilizan calibres de nylon delgados y para los tonos graves se utilizan calibres gruesos. Entender la forma en la que se organiza el arpa es importante debido a que las estructuras armónicas de la música del joropo están basadas en las escalas mayores y sus relativas menores, teniendo en cuenta algunas variantes3.


Las cuerdas que nos unen


Un factor que hace que la presencia del arpa sea importante en la cultura del llano es su participación en los festivales. Un ejemplo es el Festival Arpa de Oro, celebrado en Saravena - Arauca, y que reúne a los mejores arpistas del mundo en una competencia que premia la composición y la creatividad a la hora de tocar el instrumento.


No obstante, una de las celebraciones más reconocidas que involucra la presencia del arpa, es el Torneo Internacional del Joropo. Este torneo se creó en 1965 como parte del Festival de la Canción Colombiana para dar mayor relevancia a la participación de conjuntos llaneros. Las bases del concurso aceptaban como instrumentos típicos: el arpa, el bandolín, la bandola, la guitarra española, el cuatro, el furruco, las maracas y el tiple. Gracias a este tipo de celebraciones el arpa logró posicionarse como símbolo cultural de la música llanera5.


Posteriormente, se comenzó a observar la participación del arpa en la discografía comercial. Las influencias de estilo y los repertorios que se introdujeron en la música, causadas por el impacto de esta difusión discográfica, determinaron el camino de las piezas instrumentales creadas para este torneo de joropo5. Pronto las grabaciones de arpistas como Eudes Álvarez y Omar Moreno empezaron a ser ampliamente seguidas por arpistas colombianos que empezaban a concursar en el torneo desde la época de los sesenta y setenta. A través de las piezas instrumentales grabadas, el arpa ganó protagonismo y estableció los contornos melódicos y la estructura clásica de muchos de los golpes llaneros actuales5.


La magíster en musicología, Doris Arbeláez, establece que el arpa es símbolo de una tradición cultural para el territorio llanero y que Villavicencio se convirtió en un epicentro del joropo y de la práctica del arpa a través de este festival. Sin embargo, a lo largo de la historia se ha implementado el uso de otros diversos instrumentos. Según explica la arpista Arbeláez, los intérpretes hacían uso de otros instrumentos que eran más cercanos a la música andina. Gracias al festival y a la difusión discográfica, este instrumento empezó a ser implementado en mayor medida y hubo un proceso de unificación en la instrumentación y en los estilos de joropo durante el siglo XX. Esto hizo que los instrumentos que participaban en la producción del joropo no estuvieran bajo una completa influencia andina motivada por la presencia de un público consumidor de la música y del canto andino, debido al fenómeno de la acelerada migración ocurrida en los años cincuenta y sesenta.


Cuando las notas se transforman en letras


Debido a su gran impacto en la cultura llanera, el arpa ha sido la protagonista de diversas piezas escritas que son utilizadas para enriquecer la investigación acerca de este instrumento y de su papel en diferentes contextos. Por ejemplo, Carlos Rojas, director del grupo musical Cimarrón, ha hablado del arpa como instrumento principal en el conjunto criollo. Ha llamado a las músicas que han sido impactadas por este instrumento, joropo de arpas3. También ha destacado el diseño de materiales pedagógicos sobre el arpa, donde los timbres y los recursos interpretativos propios de este instrumento han dado importantes herramientas para su estudio.


Además, la pianista Claudia Calderón ha desarrollado descripciones enfocadas en el comportamiento rítmico del arpa, que se enmarca generalmente en el joropo3. Con estos trabajos se realza la importancia de la elaboración de análisis musicales comparativos, observando la evolución de una misma pieza en manos de diferentes intérpretes.


Por último, David Parales editó un libro para la enseñanza del arpa y el folclorista Héctor Paúl ha escrito varios ensayos sobre la evolución que ha mostrado la música llanera3. Entre algunas obras que hablan sobre esto estan: Canciones y estas llaneras, escrito por José Portaccio, y que forma parte del libro Colombia y su música. Estos escritos son los que permiten llevar a cabo una investigación acerca del origen y la evolución de este instrumento.


Tras las primas y los bordones


La presencia del arpa, principalmente en el Meta, se consolidó entre los años 70 y 80, convirtiéndose en parte fundamental del joropo. Posteriormente, el joropo colombiano comenzó a llenarse de intérpretes de arpa capaces de hacer historia en la música nacional. Es un instrumento diferente al arpa tradicional tanto en la cantidad de cuerdas como en la tensión que estas tienen, unificó al joropo y con su sonido trae a la memoria recuerdos de tiempos pasados, que a veces parecen tener un retoque fantasmal y que parecen desvanecerse y perderse en el pasado.


Son las cuerdas de joropo las que remolcan a numerosos llaneros a las raíces de su pasado; ya sea aprendiéndolo, observándolo o simplemente escuchando su música a través de una radio. Recordar la ambientación de los festivales o las representaciones en la plaza de Arauca, es recordar que el arpa es el instrumento que guarda sentimientos tras las primas y los bordones; de las cuerdas que nos unen. Que ambienta un pasado olvidado, y que con su sonido entreteje las identidades de millones de personas.


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