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Foto del escritorRaquel Dilia Díaz Henríquez

Liquiliqui: vestido de una hermandad

Raquel Dilia Díaz Henríquez 1

La imagen de un bailarín que engalanado baila joropo desvirtúa por un momento la

nacionalidad, porque indistintamente de cuál sean sus raíces, lo que sobresale es su

destreza.


El origen de la palabra liquiliqui nutre la labor investigativa de los lingüistas. ‘Likiliki’ en

hawaiano, se traduce para De Stefano, como ‘ajustado o estrecho’. Esta autora se ha

propuesto la tarea de develar la relación entre el uso venezolano de liquiliqui con otras

lenguas como: ‘melanesio – polinésias, inglesas y alguna isla de las antillas inglesas’ 2 .

Según Rafael Bolívar, citado por Aretz y Pérez, la palabra proviene del francés liquette 3 y

significa: camisa. Por su lado, Lisandro Alvarado describe la camisa como una pieza larga

y de uso popular, hecha en tela de algodón. En Colombia se conoció la camisa como

‘lique’ 4 y en Centroamérica y Cuba como ‘filipina’; un tipo de chaqueta ‘sin solapas’,

originaria de Filipinas 5 .


Esta prenda se posicionó como un traje elegante en Venezuela gracias a los ajustes de un

sastre cubano, cuyo nombre era Emilio Tornés, que los confeccionaba con el mejor algodón

y lino. Hay versiones que dicen que los rasgos distintivos de lo que sería después este traje,

recibió influencias del modo de vestir campesino de las islas Azores y del estilo militar de

Garibaldi 6 . Sin embargo, De Stefano sospecha de esa versión y la asocia con los pedidos

que le hacían los militares a los sastres.


De otra parte, el traje liquiliqui es el resultado una combinación de identidades y en su

origen se teje un puente de hermandad llanera colombo – venezolana. Durante los bailes,

festivales y ocasiones especiales, los llaneros lucen este traje de colores variados, siendo el

blanco y el beige los más icónicos. Este, además, tiene exponentes cruzados en el ámbito

político y cultural. Aquí solo se hará referencia al segundo. El primero se limita a políticos

venezolanos 7 , y por ende, restringe el alcance simbólico del atuendo.


 

1 Politóloga de la Universidad del Rosario. Especialista en Estado, Políticas Públicas y Desarrollo del Cider,

Universidad de Los Andes. Adelanta estudios en las Maestrías en Estudios Interdisciplinarios sobre

Desarrollo en el mismo centro de estudios, y de Escritura Creativa en la Universidad de Salamanca, España.

2 De Stefano, L. (2017). Terminología de la vestimenta en Venezuela. Boletín de Lingüística, vol. XXIX,

núm. 47-48, enero-diciembre, 2017, pp. 126-159. Caracas: Universidad Central de Venezuela.

3 Disponible en: https://www.larousse.fr/dictionnaires/francais/liquette/47353

4 Su referencia está en La Vorágine de José E. Rivera. (De Stefano, 2017)

5 De Stefano, L. (2017). Terminología de la vestimenta en Venezuela. Boletín de Lingüística, vol. XXIX,

núm. 47-48, enero-diciembre, 2017, pp. 126-159. Caracas: Universidad Central de Venezuela.

6 Aretz, I. y Pérez, M. (s.f.) Vestido. Diccionario de Historia de Venezuela de la Fundación empresas Polar.

Disponible en: http://bibliofep.fundacionempresaspolar.org/dhv/entradas/v/vestido/

7 El liquiliqui es prenda nacional en Venezuela desde el 2017.


 

El ámbito cultural merece importancia porque por medio de éste atuendo se construye,

consolida y se estrechan lazos entre colombianos y venezolanos. La imagen de un bailarín

que engalanado baila joropo desvirtúa por un momento la nacionalidad, porque

indistintamente de cuál sean sus raíces, lo que sobresale es su destreza. Por esta razón,

puede decirse que la estrechez colombo– venezolana es más pronunciada en el llano desde

que el joropo existe.


Dos exponentes emblemáticos del liquiliqui en el ámbito cultural han sido: por el lado

venezolano; los músicos, como el compositor Simón Díaz, y por el de Colombia, el escritor

Gabriel García Márquez.


Simón Díaz, el tío de toda Venezuela, músico, compositor y estudioso de la tonada llanera,

se dedicó a recuperar este género para que la exaltación del llano no pasara desapercibida.

Logró su propósito gracias a las adaptaciones de sus canciones por artistas internacionales

como Joan Manuel Serrat, Caetano Veloso, Natalia Lafourcade, Jorge Drexler, entre otros.

Esta visibilidad ayudó a que se conociera el nombre del traje que el intérprete vistió

reiteradamente en sus presentaciones por el mundo.


Gabriel García Márquez, con el propósito de rendirle tributo a su abuelo militar, cuya

ausencia recreó en algunos personajes de su obra, como El coronel no tiene quien le

escriba, optó por vestir un liquiliqui para recibir el premio Nobel de Literatura en diciembre

de 1982. Así, el novelista de Aracataca dio a conocer el traje caribeño en uno de los aforos

de cultura más importantes del mundo occidental.


Cabe apuntar que el liquiliqui en nuestros días es una prenda versátil que ya no se reserva

para uso masculino exclusivamente. La diseñadora colombiana Silvia Tcherassi, con

intención de rendir homenaje a García Márquez, lanzó una colección femenina de la

prenda. De ese modo, se abrió la posibilidad de esta prenda en los armarios de las mujeres.

Dejando de lado la discusión del origen del la la palabra liquiliqui, lo que sí puede decirse

es que es que representa igualdad; entre dos hermanos que comparten una sensibilidad

artística que define a los llaneros, indistintamente de qué lado de la frontera se encuentren.

Como lo es el talento de los bailarines que animan las fiestas y que cuando zapatean dejan

de lado las banderas para apreciar y vivenciar la nobleza propia de la identidad llanera.



Referencias

Aretz, I. y Pérez, M. (s.f.) Vestido. Diccionario de Historia de Venezuela de la Fundación

empresas Polar. Disponible en:

http://bibliofep.fundacionempresaspolar.org/dhv/entradas/v/vestido/

De Stefano, L. (2017). Terminología de la vestimenta en Venezuela. Boletín de

Lingüística, vol. XXIX, núm. 47-48, enero-diciembre, 2017, pp. 126-159. Caracas:

Universidad Central de Venezuela.

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